Se irán las comidas y el hambre, vendrá el polen y la primavera, extrañaremos el frio que tanto nos hizo juntarnos e incluso abrazarnos en torno a una salamandra.
El licor que nos embriagó refrescó nuestra vida, nuestra existencia se hizo más sútil y liviana. Pero ya nada será lo mismo, ya todo se está terminando.
Todo se está terminando y se va sin despedirse, es doloroso, como todo lo real.
Pero aquí esperaremos que todo vuelva a su lugar, que todo nos colme de alegría, por que en realidad nada es como parece, y no es cierto que todo se parece.
Y espero que todo vuelva, por que no me atrevo a reconocer y asumir que todo se está terminando.