domingo, 24 de febrero de 2008

Destrozando el abismo.

La habitación estaba oscura, el soundtrack de la escena no podía ser otro que Marquee Moon ¿lugar común? Por supuesto que si.
Él estaba solo mirándose el corazón, con una botella de vodka en la mano y un caño mal hecho en la otra, recordando quizás que cosas.
En un momento la luz entra por la puerta se distingue la silueta bastante poco atractiva de un quiltro “¡¡¡¡ Negroooo!!!!” exclamó lleno de júbilo; el perro le olfateó y se acurrucó a su lado, “sabía que vendrías, lame mi corazón por favor”, la escena era confusa y Television sonaba hasta estridente es sus oídos que no daban más de dolor; el trabajo lo mataba.
“Ella se fue”, le dijo al perro, “ella no es como tu, necesita algo más que comida y cariño, la cagué lo reconozco”, el perro entendía a la perfección lo que el decía al parecer y una vez más se acurrucó en le suelo.
“¡¡Ya Negro!! se acabó el vodka y la comida, vamos a comprar a la esquina, ¡¡¡ Chucha!!! Con el corazón afuera no puedo salir a ninguna parte…” largo silencio, la música se había acabado en el momento menos indicado… “¡¡¡ La cagué Negro, la cagué!!!”, ahora reconocía la muerte en él, un simple arrebato le quitaba la mujer y la vida.
Quería disfrutar y registrar sus últimos momentos, encendió la luz, instaló la cámara como pudo, cambió el disco y Epitaph sería lo último que sus oídos recordaran, aspiró fuerte y su cabeza sabía que debía llevarlo al lugar mas especial que jamás hubiera ido.
La amaba con el alma, conoció la vida a través de ella y no fue capaz de tomarla en cuenta, era tarde para todo, un arrebato entre la pena y la rabia hizo que abriera su pecho, sacara su corazón y se lo mostrara por la ventana, ella ni siquiera miró, ya era tarde, todo lo que hiciera valía muy poco.
Cuando perdió la reacción el perro se acercó, lamió su sangre y se recostó junto a él, siendo su última compañía y el único testigo de lo arrepentido que se sentía.
La escena se registró en una tenue luz, ella ni siquiera lloró al verla, nadie lloró en su funeral ( al menos no sinceramente), frágil historia y recuerdo tenue, sólo ella sabe que pasó, sólo su perro lo extraña, sólo un idiota escribe un sueño de noches de zancudos y calor.

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